Recorre Cantabria por sus Villas Marineras

Más de 220 kilómetros de costa dan para muchos post. Podríamos centrarnos en los acantilados, en las playas, en los senderos, y así continuar con un largo etcétera, porque la lista sería infinita, como nuestra querida Cantabria. Pero en el post de hoy, vamos a centrarnos en las villas marineras que se extienden por nuestra costa . ¿Nos acompañas? Vamos a visitar juntos Castro-Urdiales, Laredo, San Vicente de la Barquera, Santoña, Santander, Suances y Comillas.

En la costa cántabra podemos encontrarnos todo tipo de emplazamientos, desde pequeños pueblos de pescadores hasta la misma capital de Comunidad Autónoma, pasando por villas de veraneo o puertos pesqueros de gran importancia. Como os hemos dicho las posibilidades son muchas, pero hoy nos centraremos en las villas marineras por excelencia. Como sabéis muchos de vosotros, existe una asociación que aúna las villas marineras del Cantábrico y en la que hay tres localidades cántabras. Pero nuestra intención no es limitarnos a las que pertenecen a la asociación, sino mostraros las que son por ubicación, tradición e idiosincrasia nuestras Villas Marineras.

En primer término, antes de adentrarnos en cada una de ellas, aclaremos lo que tienen en común. Estas localidades se ubican en la costa y en algún momento de la historia han tenido un papel importante como punto clave del comercio y la pesca. Estas villas son siete: Castro-Urdiales, Laredo, San Vicente de la Barquera, Santoña, Santander, Suances y Comillas.

Si comenzamos de este a oeste la primera de las villas sería Castro-Urdiales. Conocida también como Flavióbriga por localizarse aquí un asentamiento romano,  Castro-Urdiales formó parte de la poderosa hermandad de las Cuatro Villas de la Costa del Mar, junto con San Vicente de la Barquera,  Santander y Laredo.

Castro-Urdiales conserva un interesante casco viejo, con callejuelas de gran sabor que invitan al paseo antes del disfrute de uno de los principales atractivos de la villa: su gastronomía. El conjunto urbano de la puebla castreña tiene origen medieval y entre su patrimonio monumental destaca la iglesia de Santa María, -la mejor obra gótica de Cantabria – el castillo-faro que se ubica junto a ella y el bello puente medieval y la ermita de Santa Ana. Un destino perfecto para pasear y disfrutar su patrimonio, su paisaje, su gastronomía y, como no, de sus playas.

Muy cerca, a menos de 30 kilómetros se encuentra Laredo, situada en un lugar privilegiado, rodeada de montes y del Mar Cantábrico, permite disfrutar de playas de gran belleza y calidad y de espacios naturales protegidos. Enclavada entre la ría de Treto y la bahía de Santoña, es una de las principales localidades turísticas de nuestra región, y acoge miles de visitantes cada año.

 

De hecho el fantástico conjunto de playa y dunas que forma su conocida, «Salvé», tiene el distintivo de «Q» de calidad ,y es una playa perfecta para perderte en medio de esta villa ya que recorre su bahía de punta a punta con más de 4 kilómetros. Sus fiestas y su rico patrimonio histórico-artístico la convierte en uno de los enclaves privilegiados de Cantabria, donde se desarrolla una amplia actividad cultural.

De Laredo nos vamos a su vecina Santoña, no en vano comparten bahía y una profunda vocación marinera. Su historia y sus gentes han estado siempre ligadas al mar y a insignes marineros. El ejemplo más significativo es sin duda Juan de la Cosa, cartógrafo fundamental en el descubrimiento de América. Santoña está considerada también como el lugar donde se construyó la carabela «Santa María». ¿Cómo no iba a estar Santoña, con todos esos hechos históricos, en nuestra lista?

 

Pero si hay dos cosas por las que Santoña es mundialmente conocida, es por sus magníficas anchoas y el Parque Natural de las marismas de Santoña y Joyel. Naturaleza y gastronomía ligada al mar son las señas de identidad de esta villa en la que se celebra cada año el carnaval del norte, una festividad que atrae a miles de turistas en invierno a esta localidad para disfrutar sus reconocidas murgas y comparsas.

Llegamos a la capital de Cantabria. Santander es playas, paisaje, naturaleza, cultura, tradición, gastronomía y un sinfin de opciones más. Una de las ciudades más completas y perfectas para visitar en cualquier época del año.

 

Su espectacular bahía, el Centro Botin, el Sardinero, sus más de una docena de playas enclavadas en diversos puntos de la ciudad, tanto hacia la bahía como a mar abierto, o su amplia oferta gastronómica, convierten a esta villa en el destino perfecto para pasearla y disfrutarla como y cuando quieras.

Nos vamos a la zona occidental y llegamos a Suances , uno de los paraísos del surf de nuestro litoral. Conocida como la antigua Portus Blendium de los romanos, de esa época se han encontrado diversos yacimientos junto a su iglesia.

En la actualidad es una villa eminentemente turística, desarrollada en torno al conjunto de playas que se agrupan en la Punta del Dichoso. Cabe destacar la playa de Los Locos, idónea para la práctica del surf, y la de Tagle, que invita a contemplar en los largos atardeceres del verano espectaculares puestas de sol.

Nuestra siguiente parada será en la aristocrática Comillas. Conocida como la Villa de los Arzobispos por el gran número de religiosos que llegaron a alcanzar altos cargos dentro de la Iglesia, es uno de los destinos por excelencia del veraneo en nuestra región, pero aún conserva su sabor de aldea pescadora. Su pequeño puerto, bordeado de pequeñas tabernas, sigue manteniendo su actividad pesquera y el ambiente de otra época.

Otro de sus atractivos es que cuenta con algunos de los edificios más importantes del modernismo en Cantabria, como el Palacio de Sobrellano y su Capilla Panteón, la Universidad Pontificia y por supuesto, El Capricho del genial arquitecto catalán Gaudí.

Tras esta visita nos acercamos a la última parada de nuestra ruta. Llegamos a San Vicente de la Barquera, una villa con profunda tradición que se manifiesta en todas sus tradiciones, costumbres y en sus fiestas más populares. 

 

Es el lugar perfecto para disfrutar de privilegiadas y múltiples playas, como las famosas Merón o Gerra. Desde esta última fotografiar una de las imágenes más conocidas de la zona, la villa marinera, su famoso puente y Picos de Europa de fondo.Una foto que tus retinas recordarán siempre. La vocación marinera de San Vicente de la Barquera se aprecia también en su gastronomía, y que tiene su máxima expresión en el sorropotún o marmita, un guiso preparado a base de bonito y patatas.

A pesar de su pasado común y su ubicación, cada una tiene su idiosincrasia y sus atractivos que la hacen especial, por lo que un buen plan puede ser recorrerlas todas en tu visita a Cantabria y disfrutar de sus calles y playas sin igual.

¿Qué te ha parecido nuestro recorrido? ¿A qué estás deseando visitar nuestras villas marineras? No te lo pierdas y ven ya a conocer estas villas, sus playas, su gastronomía, sus costumbres y sus gentes, no te decepcionarán y cuando lo hagas comparte tu experiencia con nosotros en nuestras redes sociales en Facebook, Twitter e Instagram con el #ComparteCantabria.

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